Por cuarto año consecutivo el ciclo Ilunabarrean Dantzan vuelve al claustro de Oihaneder. De enero a abril se realizarán cuatro sesiones de baile folk, una al mes, los domingos por la tarde.
En cada sesión se trabajarán entre 12 y 15 danzas típicas en los festivales de balfolk; scottish, mazurca, bourré, chapeloise, circle circassien, vals y polca; así como las propuestas propias de cada instructor/a. Tampoco faltarán los tan arraigados fandango y arin-arin. En cada sesión habrá un/a instructor/a de baile distinto/a que traerá sus propias propuestas.
En todas las sesiones habrá música en directo bajo la batuta del trikitilari gasteiztarra Ander Zabaleta.
Para participar es necesario tener invitación. Estarán a disposición de los/as interesados/as en la recepción de Oihaneder Euskararen Etxea 10 días antes de cada sesión.
Las invitaciones para esta segunda sesión se han AGOTADO. En caso de que a los 10 minutos de arrancar la sesión quede sitio (debido a la ausencia de alguna persona con invitación) se podrá entrar conforme al orden de llegada.
La música en directo correrá a cargo de los músicos Ander Zabaleta (trikitixa), Ricardo Urrutia (guitarra) y Nika Bitchiashvili (violín).
Agnes Ceccon (Biarritz, 1966) será la encargada de dirigir la sesión de baile.
El movimiento balfolk surgió en Francia en los años 70 de la mano de investigadores y expertos de las prácticas culturales tradicionales. Desde allí, y desde entonces, se ha ido expandiendo por diversos países como Bélgica, Suiza, Alemania y Holanda. Más cerca también, en Cataluña y Navarra, cuenta cada vez con más adeptos/as. A día de hoy se puede hablar de un importante movimiento ‘neo-folk’. Las sesiones de balfolk son un encuentro entre la danza y la música tradicional de diferentes pueblos de Europa. Se trata de una fiesta en la que gente de todas las edades baila (en grupo, en pareja…), se divierte y se descubre. Los pasos básicos se aprenden con facilidad y entonces se abre un mundo de matices e interacciones con los demás. Siempre se acompaña de música en vivo, música de raíz tradicional y un infinito de posibles fusiones. Pero la verdadera magia, más que en las manos de los músicos está en los pies del público. El secreto del balfolk es inexplicable a través de las palabras, hay que vivirlo.
De enero a marzo el ciclo coincidirá con la exposición SOKA.
